Se calcula que más de un millón de japoneses viven como "hikikomori", reclusos totalmente retirados de la sociedad. Algunos hikikomori pueden incluso pasar décadas sin salir de casa. Mientras que en el pasado el fenómeno se asociaba más comúnmente con los jóvenes, los datos recientes han revelado un grupo demográfico mucho más amplio de personas cuya confianza en sí mismas, y en la sociedad, se ha roto. A medida que los padres o familiares de los hikikomori, cuales ellos suelen depender por completo, se hacen demasiado mayores para cuidar de ellos, muchos enfrentan a una situación desesperada, quedándose solos e incapaces de afrontar la situación.

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