Vida Tomada, Vida Recibida

El restaurante del chef Murota Takuto está escondido en un tranquilo rincón de la moderna Shibuya. De forma única, él insiste en utilizar animales de caza silvestre, sacrificados por ser plagas que pueden destruir las cosechas o causar otros daños. La caza silvestre no es muy popular en Japón, por lo que hasta el 90% se desperdicia. Él expresa su filosofía de no desperdiciar, utilizando los huesos e incluso la sangre, además de la carne, en su cocina. Cree que si quitamos una vida, tenemos con ella una deuda de respeto. Y sus creaciones culinarias son su forma de pagarla.

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