
Un ban es un pendón o estandarte largo que se utiliza en las ceremonias budistas. Sirve de adorno en los templos durante las oraciones por el descanso del alma de un difunto o la seguridad de la nación. Aunque normalmente se elaboran de seda, el kanjo-ban, el pendón que hoy les presentamos, se hizo a base de placas muy finas de cobre dorado. No existe ningún otro igual. Data de la segunda mitad del siglo VII y acabó en el Horyuji, uno de los templos más antiguos de Japón. Tiene más de cinco metros de longitud y consta de un exquisito calado que representa el mundo de los budas, además de unos seres celestiales danzando libremente en el cielo. Este original y magnífico estandarte podría haberse elaborado a instancias de la hija de Shotoku Taishi, el príncipe a quien se atribuye la creación del budismo en Japón. Kakuyuki Mita, conservador del Museo Nacional de Tokio, apunta a que tal vez ella lo encargó para honrar la memoria de su hermano mayor, que se suicidó tras verse envuelto en una disputa por la sucesión al trono imperial.
