“El cartero de Nagasaki”: una película con un mensaje poderoso “El cartero de Nagasaki”: una película con un mensaje poderoso
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“El cartero de Nagasaki”: una película con un mensaje poderoso

    NHK World
    Correspondent
    NHK World Director
    Una cineasta japonesa ha retomado la historia de un superviviente de la bomba atómica cuya memoria está decidida a honrar. La directora Kawase Mika quiere que su documental "El cartero de Nagasaki" recuerde al mundo que los horrores nucleares infligidos a Japón no deben repetirse jamás.

    Un cartero con la espalda roja

    El 9 de agosto de 1945, el día en que una bomba atómica explotó sobre Nagasaki, Taniguchi Sumiteru, de 16 años, estaba repartiendo el correo en su bicicleta, a unos dos kilómetros de la zona cero. La explosión lo lanzó al aire, y el calor y la radiación quemaron su camisa y su piel. Quedó con graves quemaduras en la espalda.

    Ingresó en un hospital en noviembre de 1945 y pasó casi dos años tumbado boca abajo en la cama. En total estuvo hospitalizado durante tres años y medio. La úlcera de decúbito que se le formó en el lado izquierdo del pecho nunca se le curó bien.

    Taniguchi Sumiteru pronuncia un discurso en Nueva York en 2015. Vea el video.

    Durante el resto de su vida, Taniguchi habló y mostró a la gente las cicatrices rojas de su espalda, que se convirtieron en un símbolo de la inhumanidad de las armas nucleares.

    En el documental de Kawase aparece pronunciando un discurso en Nueva York, dos años antes de fallecer a los 88 años. "Con el fin de salvar el planeta azul para las generaciones futuras, hay que eliminar las armas nucleares", dice. "Trabajemos juntos para abolirlas. No más Hiroshima. No más Nagasaki. No más ‘hibakusha’ [el término japonés para referirse a los supervivientes de la bomba atómica]. No más guerra".

    Kawase conoció a Taniguchi en sus últimos años. Dice que le causó un gran impacto y la ayudó a comprender el verdadero horror del bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki. A medida que Taniguchi iba envejeciendo, Kawase sintió la urgencia y el deber de compartir su historia.

    Viajó con él a Nueva York en 2015 para asistir a una conferencia de las Naciones Unidas acerca del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares. "El estado de salud de Taniguchi no era muy bueno entonces", recuerda Kawase. "Tosía todo el tiempo, pero a pesar de ello viajó hasta Nueva York para difundir su mensaje.

    "Las bombas atómicas afectaron mucho a las personas que llevaban una vida normal como nosotros. La bomba de hace 77 años demuestra que nunca debe repetirse. Las personas que son conscientes de esto deberían hablar de alguna manera y expresar sus pensamientos".

    Kawase Mika, directora de "El cartero de Nagasaki".

    Inspirado en un libro

    El documental se inspira en un libro publicado en 1984. Su autor, Peter Townsend, fue piloto de la Real Fuerza Aérea Británica durante la Segunda Guerra Mundial y fue conocido por el romance que mantuvo con la hermana de la reina Isabel II, la princesa Margarita.

    Peter Townsend en la película "El cartero de Nagasaki".

    Townsend pasó gran parte de sus últimos años como escritor de no ficción, centrándose en la guerra y su impacto en las personas. Se interesó en Nagasaki y, durante una visita a principios de la década de 1980, conoció a Taniguchi y quedó profundamente afectado por su experiencia.

    La hija de Townsend, Isabelle, viajó a Nagasaki en la película.

    La hija de Townsend, Isabelle, aparece en el documental. Visita Nagasaki para conocer mejor el sufrimiento y la fortaleza de Taniguchi.

    Ella habla de una impactante anécdota que Taniguchi compartió con su padre. Cuando el superviviente de la bomba atómica visitó un día una playa con sus dos hijos, la hija vio las cicatrices de su espalda y rompió a llorar. Eso impulsó la determinación de Taniguchi de compartir los horrores que había vivido y presenciado, empezando por su propia familia.

    En su libro, Townsend parafrasea lo que Taniguchi les dijo a sus hijos aquel día en la playa: "Cuando era pequeño, mi cuerpo era como el vuestro y el de todas esas personas". Pero, cuando tenía 16 años, una cosa llamada bomba atómica provocó un terrible incendio en Nagasaki y quemó la mayor parte de la ciudad. Miles de personas, algunas tan jóvenes como vosotros, murieron y se quemaron. Yo era uno de ellos. Ninguno de nosotros había hecho nada malo. El mal lo hicieron otros hombres contra nosotros. La gente como yo se llama ‘hibakusha’; somos los que fuimos heridos por esa ardiente bomba atómica pero todavía estamos vivos. Queremos que todos los demás vean lo mucho que hirió y quemó nuestros cuerpos, y que nos escuchen, porque solo nosotros podemos decirles lo horrible que es".

    El mensaje de Taniguchi llega a las aulas japonesas

    A medida que Rusia lanza amenazas nucleares en su guerra contra Ucrania, el recuerdo de lo que eso supone para la humanidad se va desvaneciendo. Con esta idea, Kawase está compartiendo su documental con estudiantes de Japón. Después de un debate en una escuela de Tokio, la cineasta se siente aliviada al ver lo comprometida que estaba la joven audiencia.

    Estudiantes hablan sobre el documental.

    Una estudiante señaló: "Taniguchi era un cartero normal y corriente; solo repartía el correo. Llevaba una vida feliz. Una bomba atómica o una guerra pueden destruir la vida de una persona. No debería repetirse".

    Otra dijo: "Incluso los hijos de los ‘hibakusha‘ pueden verse afectados por la radiación. Al ver a la gente preocupada por esto, me enteré de que el dolor se va transmitiendo".

    Kawase cree que corresponde a la siguiente generación custodiar el mensaje de Taniguchi y completar su obra inacabada: "Siento que estoy corriendo sobre un raíl colocado por Townsend y Taniguchi. Las estudiantes pensaban muy seriamente, se esforzaban mucho en traducir sus pensamientos en palabras y eso es maravilloso. Me hacen tener esperanza en el futuro".