La anterior mayoría de edad en Japón se fijó en 1876. El cambio significa que los jóvenes de 18 y 19 años pueden solicitar tarjetas de crédito, contratos de teléfonos inteligentes y préstamos sin el consentimiento de sus padres. También pueden elegir dónde vivir como adultos independientes.
La edad mínima para beber, fumar y apostar se mantiene en 20 años, mientras que la edad legal para que las mujeres puedan casarse pasa de 16 a 18 años, igual que los hombres. A partir de los 18 años, los nuevos pasaportes tendrán una validez de una década.
Los jóvenes “carecen de conocimientos financieros”
El cambio social hace temer que los jóvenes se metan en problemas financieros.
Takahashi Akiko, profesora de la Universidad Seikei y especialista en el comportamiento de los jóvenes y la alfabetización informacional, opina: “Existe un alto riesgo de que los estudiantes menores de 20 años se enfrenten a problemas de dinero porque no tienen suficiente experiencia ni conocimientos”.
El Código Civil de Japón estipula que los acuerdos firmados por menores de edad sin el consentimiento de sus padres pueden ser cancelados posteriormente. Sin embargo, ahora, los jóvenes de 18 y 19 años que se vean involucrados en disputas contractuales no estarán protegidos por ese tipo de seguridad.
Por otra parte, las autoridades relacionadas con los derechos del consumidor afirman que el número de jóvenes que buscan asesoramiento sobre estafas piramidales está aumentando.
La NHK habló con un estudiante universitario que se inscribió a lo que creía que era una escuela de empresarios. Perdió su trabajo a tiempo parcial en una "izakaya" (bar estilo japonés) debido a los efectos de la pandemia de coronavirus y se vio en problemas para hacer frente a una obligación contractual de 3.300 dólares que pagaba a plazos al gestor de la escuela.
La escuela se la recomendó alguien a quien conoció en Twitter, pero resultó ser una estafa piramidal. Pidió que se cancelara el contrato, pero la empresa se negó.
El estudiante siguió el consejo de unos amigos y buscó una salida legal. Al final, se amparó en el mecanismo que permite a los menores anular los contratos firmados sin el consentimiento de los padres. Nos comenta: “Tenía 19 años en ese momento... era una situación peligrosa, pero pude obtener un reembolso completo”.
Según una investigación, la juventud japonesa no está preparada
En enero y febrero, Nippon Foundation, una organización sin fines de lucro, realizó una encuesta a través de Internet a 1.000 personas de entre 17 y 19 años en Japón, Estados Unidos, Reino Unido, China, Corea del Sur e India.
Sólo el 27 % de los japoneses dijo que se consideraba adulto, la cifra más baja de los seis países.
En comparación, el 86 % de los encuestados en los Estados Unidos y el Reino Unido dijeron que se consideraban adultos, seguidos por el 84 % en la India, el 71 % en China y el 47 % en Corea del Sur.
En definitiva, Japón es ahora uno de los muchos países donde los 18 años se consideran el umbral de la edad adulta. Queda por ver si los jóvenes japoneses están preparados para aceptar el cambio.
La profesora Takahashi señala que la pandemia sólo los ha hecho más vulnerables: “Los universitarios que se quedan en casa sin realizar actividades grupales se hallan en un entorno solitario. El dinero es un tema popular en las redes sociales y los jóvenes tienden a ser el objetivo porque creen en la importancia de relacionarse en línea”.