El Festival de Gion, que se realiza cada año en Kioto, la antigua capital de Japón, llegó a su apogeo el martes cuando las multitudes acudieron a ver las carrozas ornamentadas.
Un total de 23 carrozas decoradas con faroles se colocaron en la avenida principal de la ciudad mientras se escuchaba música festiva. El área fue adquiriendo un matiz más onírico a medida que oscurecía.
Las carrozas desfilarán en dos ocasiones, el miércoles y una semana después.
Kioto sufre por el exceso de turistas, que en ocasiones abarrotan el transporte público y los servicios para los residentes.
Anticipando la saturación de espectadores, los organizadores del evento han hecho una serie de preparativos. Por ejemplo, a lo largo de la ruta del desfile hay 50 estaciones de basura atendidas por estudiantes y otros voluntarios que instan a los visitantes a separar los residuos incinerables de los reciclables. Desde el lunes, hay un total de 2.400 voluntarios participando.
Los organizadores también desean incrementar la hospitalidad hacia los visitantes extranjeros. Desde este año, universitarios con camisetas especiales se ofrecen como intérpretes voluntarios.
Se están haciendo más esfuerzos para garantizar que el festival, con siglos de tradición, se legue a las futuras generaciones.