Presidente de Francia promete no imponer la aprobación de un proyecto de ley electoral que generó disturbios en Nueva Caledonia

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, viajó el jueves a Nueva Caledonia y pasó el día en el territorio tratando de encontrar una solución a más de una semana de disturbios. Ofreció una conferencia de prensa en Numea, la capital, y dijo que, por el momento, no impondrá la aprobación de la legislación que se convirtió en el detonador del descontento.

Macron expresó también su deseo de que la violencia cese en un mes y se "hayan conseguido avances” hacia un acuerdo general entre los residentes del archipiélago del Pacífico Sur.

La aprobación de una iniciativa de ley la semana pasada en el Parlamento francés provocó los disturbios. Los legisladores intentan expandir los derechos de voto para que incluyan a quienes han vivido en Nueva Caledonia por lo menos 10 años.

Sin embargo, este plan ha generado el rechazo de los grupos independentistas, principalmente los de la etnia canaca, que representan alrededor del 40 % de la población. Temen que los cambios favorezcan a los votantes que apoyan a Francia.

Macron, quien apostó miles de agentes de seguridad a fin de frenar los disturbios, dijo que permanecerán en el territorio “el tiempo necesario” para restablecer el orden.

El presidente pidió a los líderes de ambos bandos que insten a la calma y entablen conversaciones nuevamente. Agregó que está dispuesto a esperar varias semanas para que alcancen una solución. No obstante, advirtió que el proyecto de reforma electoral no es algo que “simplemente se pueda descartar”.