Las autoridades japonesas se hallan estudiando la manera de recaudar el impuesto sobre el consumo por las ventas de aplicaciones para teléfonos inteligentes que distribuyen empresas no radicadas en Japón.
Las firmas, incluyendo las extranjeras, que distribuyen aplicaciones a través de tiendas como Apple Store y Google Play, deben pagar el impuesto sobre el consumo a las autoridades japonesas cuando la gente en Japón compra las aplicaciones.
Sin embargo, ha habido muchos casos de empresas radicadas fuera de Japón que no los han pagado, y las investigaciones de la Dirección Nacional de Impuestos se ha topado con dificultades.
El Gobierno japonés está estudiando un nuevo sistema para que las empresas responsables de las tiendas de aplicaciones paguen el impuesto en nombre de quienes las producen.
Según funcionarios del Ministerio de Hacienda, el nuevo sistema es similar a los utilizados en la mayoría de los países avanzados.
El Ministerio del Interior y de las Comunicaciones calcula que el próximo año el mercado japonés de aplicaciones para teléfonos inteligentes tendrá un valor de 38.000 millones de dólares.
Los partidos en el poder planean incluir el sistema en un paquete de enmiendas fiscales para el año fiscal 2024 que se elaborará el mes que viene.