Los titulares de Comercio del G7 quieren que se ponga fin de inmediato a las medidas que restringen los intercambios comerciales internacionales de forma innecesaria.
El domingo, antes de concluir una reunión en la ciudad de Osaka, en el oeste de Japón, los ministros adoptaron una declaración. Durante dos días, los asistentes discutieron temas tales como la respuesta a políticas de coerción económica, una estrategia que se utiliza para presionar a socios comerciales restringiendo el comercio o aumentando los aranceles.
En la declaración, los representantes de los países miembros del G7 piden enérgicamente la derogación inmediata de cualquier medida que restrinja los intercambios comerciales de forma innecesaria, incluidas las disposiciones aplicadas recientemente para limitar la importación de productos de alimentación japoneses. Es la primera vez que, en el documento final de una conferencia internacional, se insta a levantar dichas disposiciones.
La decisión del G7 se produce después de que China suspendiera las importaciones de productos pesqueros japoneses a raíz de la descarga al mar, en Japón, de agua tratada y diluida proveniente de la central nuclear Fukushima Uno.
En el comunicado también se denuncian las acciones que tienen por objetivo convertir la dependencia económica en un arma, y se dice que los miembros del G7 van a agilizar la coordinación con los países que no pertenecen al grupo para reforzar las cadenas de suministro de semiconductores y minerales críticos, incluido el litio, un componente clave para las baterías de los vehículos eléctricos.