Ito Naofumi es relojero en el suroeste de Japón. También es un artista bastante inusual. Con piezas de relojes viejos, da vida a ranas, caballos, libélulas y otras criaturas, expresando el aprecio de un relojero por la belleza eterna que se encuentra en el interior de un reloj. Personas de todo Japón le envían relojes usados para que los utilice en sus obras. Tanto los remitentes como el propio Ito creen que es un desperdicio tirar a la basura relojes que una vez dieron la hora fielmente, y esperan que sigan viviendo como obras de arte únicas.